domingo, 23 de agosto de 2015

Noches extremas

 Pasé una noche intensa. Llena de imágenes que parecían provenientes del más oscuro y perverso inframundo. Estaba en una isla desierta con otras personas que apenas había conocido hace poco tiempo. Para entrar a una caverna que estaba al fondo era necesario cruzar caminando con el agua del mar hasta el pecho y las olas reventando entre las paredes de roca, creando un estruendo que doblaría al más curtido de los exploradores. Una vez dentro, éramos recibidos por miles de murciélagos que volaban por todos lados, creando una nube oscura y amenazante sobre nuestras cabezas. Más adelante, para adentrarse en una grieta que claramente daba continuidad a este imperio de lo oscuro, había que cruzar un pasillo muy estrecho, de escasos 20 centímetros, que tenía la particularidad de que ambas paredes estaban tapizadas de cientos de miles de cucarachas cafés y blancas que, nerviosas ante nuestra presencia, nos señalaban con sus largas antenas y sus cabezas de movimientos mecánicos. Por si no bastara, el suelo era un caldo de cultivo de escarabajos  e incuantificables gusanos blancos que hacían que esa mezcla apestosa de arena y huano cobrara una vida latente y movible con la que se humedecían mis pies protegidos tan solo por unas sandalias abiertas. Varias horas en este universo aislado del mundo humano, no podrían soportarse sin, al menos, un pesatañeo. Sin importar los filos de la roca, el desnivel del suelo y la humedad de la piedra, finalmente terminaba tendido sobre ella, dejándome llevar por el sonido de las olas y la luz lunar. Mi descanso sobre la plancha de tortura era bruscamente interrumpido por la advertencia de uno de mis compañeros: ¡Iván, una serpiente! ¡No bromeaba! Una boa café como de un metro de largo y de extraño diseño geométricos sobre la piel merodeaba cerca de mis pies. Nada fue un sueño. Todo lo viví en la isla Panchito, en Jalisco. Sabiéndola provocar, la realidad es mucho más interesante y despiadadamente "real maravillosa" que aquello que pueda gestar nuestra más inconsciente imaginación.

sábado, 22 de agosto de 2015

Mamá: Hace un año que nos despedimos.

Mamá: Hoy hace un año que nos despedimos. No ha sido un tiempo que se me haya pasado rápido. Me pregunto por dónde empezaría a contarte lo que he vivido todos estos días. Te imagino escuchando entusiasmada mis historias y diciéndome: "¡ay, qué padre!", y me bombardearías con mil preguntas. Te contaría que he viajado un montón, que Gonzalo se enamoró de los perezosos en Costa Rica, que Matías adora las guitarras sobre todas las cosas, que Natalia viajó por Chicago e Indiana con tu hermana y se hizo complice de su tía abuela, que el gordo se sintió Indiana Jones en el Amazonas, que Iliana es una campeona de la recuperación (¡ya lo sabías!) y que hasta un dedo biónico tendrá... Te contaría que he visto desde el desierto el cielo más profundo y misterioso de toda mi vida y que comí cagado de miedo junto a una mesa llena de narcos armados hasta los dientes. Que llevo diez días correteando cuevas de murciélagos por todo el país para contar su historia. Que hago lo que quiero, que vivo libre y feliz con mi mujer y mis hijos y que, a pesar del gobierno de rateros y de la poca conciencia de cambio que existe, sigo apostando por salir adelante como país, que lo lograremos tarde o temprano, como sociedad... (Para este punto, muy probablemente ya empezaríamos a hablar de política y a diferir en varios puntos).   ¿Sabes, mother? Me llegas a la cabeza en mil momentos. Te sueño un montón, me acuerdo de ti por la calle cuando veo algo que sé que te hubiera entusiasmado, cuando voy a algún lugar de los que te gustaban, cuando me encuentro con las flores y los jardines que te inspiraron tanto.Con Raquel, no nos falla pensar, a veces simultáneamente, lo que hubieras dicho o pensado de tal o cuál cosa. Dejaste un montón de alegría regada por aquí y es muy divertido ir recogiéndola con la mirada y con la memoria. En ocasiones me gana el niño interior y me pongo muy triste, no te voy a mentir. Pero, luego,  como a todo niño, le doy una dosis de recuerdos y de buenos momentos y termino por sentirme cerca de ti y de tu abrazo. Un año, mamá, y todo lo que tengo por contarte. Anda, visítame en sueños con tiempito para que nos echemos un tequila y nos pongamos al día.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Juxtlahuaca


Rodrigo Medellín es conocido como El Batman de México. He seguido su trabajo de conservación desde el 2010, pero sólo hasta ahora he viajado a "campo" para verlo en su heórica labor. Rodrigo tiene una personalidad magnética. Para él, en todo hay una historia de trasfondo, un comentario, una broma, una observación inteligente. Se habla de usted con sus alumnos pero en un tono coloquial y cómplice donde se permite decir: "oiga, no chingue". Durante la sesión de trabajo de ayer, se capturaron seis de las ocho especies que viven en esta cueva. Es un deleite ver a los biólogos en su labor de estudio de estos seres fascinantes, pero resulta más motivante saber que el trabajo científco que llevan a cabo ha tenido un verdadero impacto en la salud de algunas especies y, por lo tanto, en los ecosistemas en general. Y cuando digo impacto, me refiero a acciones que hoy trascienden mundialmente. Las buenas noticias en conservación son una excepción, pero él y su equipo,  han conseguido sacar de la lista de amenaza a una especie fundamental para nuestro país, lo que tiene muchas implicaciones ambientales, sociales y económicas. En esta foto, esta Rodrigo durante la larga sesión fotográfica que tuvimos en la entrada de la cueva. Hoy ingresaremos a conocer el Salón del infierno y el Salón de las rosas de cristal. ¿Pinta bien el día, no?

martes, 18 de agosto de 2015

Rumbo a la Baticueva

Hoy iniciamos la etapa dos de la investigación en curso. Viajamos hacia Colotitla, Guerrero, en busca de lo que debe ser la auténtica Baticueva, habitada por ocho especies de murciélagos. Durante el trayecto de cuatro horas he bombardeado de preguntas a Rodrigo Medellín quien lidera el Programa de Conservación de Murciélagos de México y, a través del cual, se hab fincado las iniciativas más importantes de protección a estos mamíferos. Además, me ha dado al menos un par de primicias, oro molido para el reportaje que preparo, pero esas las contaré en las páginas de Nat Geo. Por lo pronto, acabamos de hacer una parada estratégica para conseguir mezcal, uno de los productos que existen gracias a estos seres nocturnos. 

sábado, 15 de agosto de 2015

Un día en el desierto

Un día desierto adentro equivale a semanas de vida urbana. Aquí, el tiempo se detiene. El paisaje se vuelve un mundo inmutable. El silencio y la oscuridad nos regresan a ese universo natural donde antes que contar el tiempo es preferible vivirlo. Después de una ardua jornada de trabajo, de ingresar durante horas a una cueva húmeda y endiabladamente caliente, y de realizar un regreso fatigado y peligroso sobre piedras volcánicas afiladas y con la presencia latente de víboras de cascabel, caí rendido en la caja de una pick up. Mirando el cielo y contando estrellas fugaces, no me importaron los insectos que me revoloteaban, ni el sudor abundante, ni la sed ni el olor a huano que penetraba mi nariz y mi boca. Cerré los ojos y me dejé llevar al sueño pensando en lo afortunado del acto de vivir.

viernes, 14 de agosto de 2015

Noche de estrellas

Sobre una plancha de basalto todavía caliente por la radición que recibió en el día contemplo la vía láctea. Son las 10:30 de la noche en esta frontera del mundo. Hace apenas una par de horas observé como salía una columna negra y descontrolada de la cueva que hemos venido a visitar. En realidad, es un tubo de lava  donde habitan estos fantásticos murciélagos responsables de la polinización de muchas plantas fundamentales, entre ellas, el maguey y el agave con el que se produce el mezcal y el tequila. Nunca pensé que una piedra corrugada y tan dura me pudiera parecer tan cómoda. Estoy rodeado de un silencio casi total y el infinito está sobre mi cabeza. En breve penetraremos a la cueva.

Sensación térmica

Entramos a la reserva del Pinacate a las 6:00 pm. Estamos a 45 grados con sensación térmica de 48, un eufemismo técnico para decir "un calor de la chingada". Murcis pónganse su vestido de noche porque allá vamos.

jueves, 13 de agosto de 2015

Reserva del Pinacate



Bueno, todo listo. Creo. Mañana a esta hora deberemos estar ingresando a la Reserva de la Biósfera del Pinacate, llamada así por la presencia de esos escarabajitos negros que cuando los molestas se levantan de trasero y se tiran un pedito muy desagradable. El clima pinta bien... ¡Bien caliente! Estaremos como a 40, así que se podría hacer el famoso experimento del huevito frito sobre el coche, total que es rentado. Dormiremos dos noches a la intemperie en espera de poder entrar a la cueva para poder conocer al objeto de este reportaje. Durante mis andanzas de conseguir lamparitas y equipo de camping conocí al fundador del club alpino, un tal Sr. Aguayo. Muy simpático, pionero del alpinismo y senderismo en México. Su tiendita en la colonia Roma tenía casi todo lo necesario y harto barato. No sé por qué metí ese anuncio aquí, ha de ser porque no esperaba conseguir todo tan rápido. En fin, pues ya estamos listos a estar un rato con los chamacos para despedirme y mañana al desierto.

Niños súper dotados

Estoy muy contento de retomar mi trabajo como reportero. Siempre he pensado que esa es mi verdadera vocación y no el de ser editor que, aunque es una labor que me encanta, significa muchas veces estar en una oficina viendo pasar delante de ti todas las historias que uno quiere salir e investigar.Con este reportaje retomo mi labor de preguntón y entrometido profesional y siento que se me alimenta el alma profesional cada vez que conozco un nuevo presonaje o veo el hilo de una historia que esta por contarse.

Niños superdotados en México

Inicio de aventura

Hoy comienza una nueva aventura. Desde niño he sido lector de Nat Geo. Igual que miles de personas, he disfrutado a lo largo de muchos años sus reportajes, gráficos y fotografías fascinantes. Estoy seguro que mucho de lo que he aprendido y ha alimentado mi curiosidad vienen de esas revistas que llegaban a mi casa una vez al mes. Por todo eso, no puedo estar más entusiasmado ahora que me han aceptado un reportaje para la edición latinoamericana. Esa aventura ya comenzó con planeación y estudio pero formalmente la visita de campo a Sonora, Guerrero y Jalisco de la mano de científicos y acompañado del fotógrafo Miguel Ángel de la Cueva y la bióloga Begoña Iñarritu comienza mañana. Por lo pronto, me encuentro en la búsqueda de equipo para ingresar a las cuevas que visitaremos y comprando una sleeping bag con la misma emoción agitada en el estómago con la que lo hice hace más de 30 años cuando me preparaba para el campamento de primero de secundaria. Aquí estaré contando algunas detalles de este inicio de aventura.